La diabetes, el páncreas y la insulina
¿Cuándo debo medir la glucosa?
El páncreas es una glándula presente en el organismo de todos los seres vertebrados. En el cuerpo del hombre se encuentra en la parte superior del abdomen, detrás del estómago y delante de la columna vertebral. Tiene el tamaño de una mano, pesa aproximadamente 65 gramos y tiene 18 centímetros de largo, 4 de altura y 2 de ancho. La glándula desemboca en el duodeno y es una de las principales responsables del almacenamiento de los jugos digestivos.
Esta es la única glándula del cuerpo humano que ejerce dos funciones: tanto exocrina (secretando el jugo pancreático, que contiene enzimas digestivas) como endocrina (produciendo muchas hormonas importantes, como son la insulina, el glucagón y la somatostatina). El páncreas también es el órgano principal en el control de la glucemia: nivel de azúcar en la sangre. Es el responsable de la producción de insulina, hormona que lubrica la "pared" de la célula, para que absorba los carbohidratos en forma de energía.
Conocido como combustible del metabolismo humano, la glucosa es la principal fuente de energía para el equilibrio de las funciones corporales. Este azúcar presente en los alimentos, especialmente en los carbohidratos, se encuentra tanto en las frutas y verduras como en los dulces, bebidas gaseosas, nueces, cereales y pan. Parte de la glucosa que se obtiene en la digestión de los carbohidratos, se utiliza como fuente de energía para la ejecución de los procesos del cuerpo. La glucosa no utilizada se almacena en el hígado.
Durante la comida, el sistema nervioso identifica que los alimentos están camino al estómago y, a través de los nervios, envía señales eléctricas al páncreas para liberar sus enzimas en el intestino y las hormonas en el torrente sanguíneo.
La insulina es la responsable de la reducción del nivel de glucosa en la sangre (glucemia). Así pues, esta hormona es responsable de ayudar al organismo a utilizar la glucosa obtenida de los alimentos que ingerimos para la producción de energía en las células, o almacenar el glucógeno en el hígado, haciéndose esencial para el mantenimiento del equilibrio del cuerpo.
Cuando el páncreas identifica que los niveles de glucosa en la sangre están demasiado bajos, segrega otra hormona, el glucagón. Esta hormona envía una alerta al hígado para que libere parte de la glucosa que mantiene almacenada.
Cuando la insulina no es suficiente, la glucosa se acumula, específicamente en la sangre, dando origen a toda una serie de otras complicaciones. A largo plazo, esta acumulación puede causar daños al cuerpo y reducir de manera significativa la calidad de vida de las personas. La elevación de la glucosa en la sangre se llama diabetes.
Fuente:
Diabetes.co.uk – The Global Diabetes Community – Disponible en: https://www.diabetes.co.uk/body/pancreas-and-diabetes.html.
Acceso: 06/12/2016.
Revisado: Nov/2016. 059528-160906